Alimento del mes: la cereza

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Con la llegada del calor, aparece la cereza. Este pequeño fruto rojo, originario de Asia Menor, forma parte de la dieta mediterránea. Sin embargo, existen dos especies de cerezas muy diferenciadas: por un lado, las más oscuras, son las cerezas dulces, mientras que las que tienen un color rojo brillante son cerezas ácidas. En total, hay más de 1.000 variedades de esta fruta.

Las cerezas son un alimento altamente nutritivo pese a su pequeño tamaño. Por eso es un fruto tan recurrido en el momento del postre. Además, es muy fácil de comer, si bien hay que tener cuidado de que los niños no se atraganten con sus semillas.

Propiedades y beneficios

Las cerezas contienen muy pocas calorías: no suelen superar las 52 por cada 100 gramos. Y aunque prácticamente carecen de grasas, son ricas en hidratos de carbono. Estas son algunas de las características de esta fruta:

  • Antioxidantes: favorecen la depuración de nuestro organismo al eliminar toxinas y protegen nuestra salud cardiovascular.
  • Vitaminas A y C: ambos grupos son esenciales en una alimentación equilibrada. Favorecen el cuidado de nuestra piel y de nuestra circulación.
  • Antiinflamatorias: contienen antocianinas, que ayudan a reducir la inflamación. Ayudan bastante contra los síntomas de la artritis y otras enfermedades reumáticas. Especialmente, contra la gota.
  • Melatonina: esta hormona es la encargada del sueño. Por tanto, comer cerezas ayudará al buen descanso y a evitar el insomnio.

Esto no es todo: la cereza tiene un alto contenido en potasio, fibra y agua. De este modo, la ingesta de cereza causa un triple efecto saciante, diurético y laxante. Es por este motivo que la cereza forma parte de las dietas para perder peso.

Receta sencilla para hacer helado de cereza

Como la cereza es una fruta común durante el verano, suele ser muy apetecible comerla fría, es decir, almacenándola en la nevera. Sin embargo, en tres sencillos pasos puedes hacer un helado casero con el sabor de esta fruta:

  1. Lava y deshuesa las cerezas.
  2. Ponlas a congelar. Al mismo tiempo, congela también un yogur natural o azucarado.
  3. Una vez esté todo congelado, saca las cerezas y el yogur. Batimos ambos ingredientes juntos hasta que se forme una masa cremosa.

Otra forma de sacar partido a las cerezas en la cocina es añadiéndolas a la repostería, de igual manera que se suele hacer con el arándano.

Recuerda

Existen dos clases de cereza: la dulce, más oscura, y la ácida, más roja.
Su ingesta causa un triple efecto saciante, diurético y laxante.
Tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que se recomienda su consumo en pacientes con enfermedades reumáticas.