“Si no está en internet, no existe”, dijo Bill Gates en la década de los 80. Ahora que se cumplen cuatro décadas de estas palabras, prácticamente todas las entidades tienen presencia en la red y el sector de los seguros no es la excepción –ni debe serlo–. Por este motivo, merece la pena analizar cuáles son los retos en la digitalización de los seguros.
La digitalización de las empresas no debe limitarse únicamente a la presencia en Internet. La World Wide Web también ha transformado los procesos y canales de comunicación en la sociedad en su conjunto. Las personas que buscan un seguro exigen mejoras en los productos y servicios. Por tanto, las compañías del sector deben prestar atención a esas necesidades si quieren seguir siendo competitivas.
Al lado de las personas en diversos canales
Internet no es un mero tablón de anuncios y las personas no son únicamente espectadores. Buscan, comparan y también contratan a través de una pantalla. Adaptarse a esta circunstancia ha sido una cuestión compleja y con muchos ensayos y errores. De este modo, hemos logrado establecer nuevos canales para la contratación y uso de un seguro. Tal es la importancia de estas cuestiones que ASISA invirtió 4,5 millones de euros en proyectos de digitalización en 2020. Esta gran apuesta no es más que la constatación de que el futuro está en la red, con la intención de permanecer en la vanguardia del sector.
Ahora bien, la aparición de estos nuevos canales no está reñida con la atención presencial y humana que se ha venido dando desde nuestros inicios. La continuación de las vías de comunicación tradicionales son signo imperecedero de calidad, de confianza y de accesibilidad. Solo ese equilibrio entre el plano digital y el factor humano garantiza que las personas que confían en nuestros servicios tengan una experiencia integrada y la máxima facilidad en los procedimientos.
Digitalización para mejorar los servicios
Otra de las ventajas que nos abre la digitalización es la posibilidad de aprovechar nuestro conocimiento como nunca antes habíamos podido hacerlo. Esto se traduce tanto en una mejora de las prestaciones como en el desarrollo de nuevos servicios.
Un buen análisis de datos permite repensar cómo se realizan las gestiones y cómo se utilizan los recursos, con el objetivo de ser más eficientes. Un ejemplo de ello es que, como todas las personas son distintas, también serán diferentes los productos que necesiten. Es decir, la digitalización abre la puerta a la personalización de los servicios.
Aquí entra en juego un elemento muy recurrido en los últimos años: la tecnología big data. Dicho de otra manera: la gestión de un enorme volumen de datos. La información que se puede obtener a través de big data es tan valiosa y versátil que permite incluso hacer predicciones, también en el ámbito de la salud. Todo ello sin olvidar la importante inversión en seguridad que requiere para proteger la información confidencial de las personas.
En definitiva, la digitalización de las empresas y, concretamente, las del sector de los seguros es algo positivo, sobre todo si lo que permite es dar la mejor cobertura y seguridad a las personas.
La digitalización de los seguros en la práctica
Conscientes de la importancia de aplicar las ventajas que ofrece internet en el día a día de nuestro trabajo, ASISA viene desarrollando proyectos de digitalización desde hace años. Además de tender puentes con el cliente con nuevos canales de atención, se han instalado nuevas funcionalidades en la aplicación y la web para gestionar las pólizas. También, se han aplicado soluciones de inteligencia artificial con la mirada puesta en mejorar la relación con el asegurado.
Desde 2018, ASISA se vale de la plataforma Green Cube para optimizar la relación con los pacientes, los empleados y los colaboradores. Asimismo, la tecnología cloud se ha convertido en el primer mandamiento para un teletrabajo efectivo. Muchas autorizaciones para pruebas diagnósticas y otros tratamientos habituales pueden hacerse ya a través de apps. Y esto, creo, será solo el principio.