El cohousing se ha consolidado en los últimos años como una alternativa innovadora y sostenible a los modelos residenciales tradicionales. Se caracteriza por la creación de viviendas colaborativas en las que, manteniendo la privacidad de cada hogar, los residentes comparten espacios y recursos, fomentando la integración social y el apoyo mutuo.
Se presenta así como una solución para quienes buscan no solo una casa, sino también una comunidad. El cohousing permite a sus miembros acceder a un entorno donde el bienestar y la calidad de vida se ven potenciados por la colaboración y la gestión colectiva, convirtiéndose en una opción cada vez más popular tanto para personas mayores como para jóvenes y familias.
¿Qué es el cohousing y cómo funciona?
El cohousing es un modelo residencial en el que un grupo de personas diseña y gestiona de manera conjunta un complejo de viviendas independientes, complementadas con amplios espacios comunes. A diferencia de una comunidad de vecinos tradicional, el cohousing se basa en la participación activa, el diseño colaborativo y la autogestión de la comunidad.
Este modelo tiene sus raíces en Dinamarca, donde surgió en los años 60, y ha sido adoptado en diversos países como Estados Unidos, Suecia y España, adaptándose a distintas necesidades y estilos de vida. Entre sus principales características destacan:
- Participación activa y democrática: todos los residentes toman decisiones colectivas y se involucran en la gestión cotidiana.
- Espacios comunes: se diseñan áreas como cocinas, jardines, salas multiusos y talleres para el uso y disfrute de toda la comunidad.
- Autogestión: el mantenimiento y funcionamiento de la comunidad se realiza de manera cooperativa.
- Enfoque comunitario: se prioriza la colaboración, el apoyo mutuo y la creación de vínculos personales.
A diferencia de modelos como el coliving, el cohousing otorga mayor autonomía a sus residentes y fomenta la implicación directa en la gestión de los recursos y el entorno.
Tipos de cohousing
El cohousing es un concepto flexible que se puede adaptar a distintos perfiles y necesidades. Entre los modelos más frecuentes destacan:
- Cohousing senior: pensado para personas mayores que buscan combatir la soledad y disfrutar de una vida activa en un entorno seguro y adaptado. Es el modelo que más se ha replicado en España en los últimos años.
- Cohousing intergeneracional: integra a personas de distintas edades, facilitando el intercambio de experiencias y la solidaridad entre generaciones.
- Cohousing familiar: dirigido a familias que desean compartir recursos y ofrecer a sus hijos un entorno comunitario enriquecedor.
- Cohousing para jóvenes y trabajadores independientes: ideal para quienes valoran la vida social y la cooperación, permitiendo combinar espacios de trabajo y convivencia. Es mucho menos frecuente, pero se está dando.
Además, existen varias formas de propiedad y gestión, como la cesión de uso a través de cooperativas, el régimen de comunidad de bienes o la propiedad colectiva, adaptándose a los intereses y capacidades económicas de cada grupo.
Ventajas del cohousing
Aunque los modelos de cohousing son heterogéneos y cada uno de ellos es idiosincrásico, todos ellos cuentan con algunos beneficios comunes. Elegir esta forma de vida aporta:
- Ahorro económico: el cohousing permite compartir costes de mantenimiento, suministros y servicios comunes, lo que se traduce en una reducción significativa de los gastos mensuales para los residentes. Además, el diseño eficiente de los espacios y la compra colectiva de recursos logran una mayor optimización del presupuesto a largo plazo.
- Sostenibilidad: las comunidades cohousing suelen implementar soluciones ecológicas como energías renovables, sistemas de reciclaje y huertos urbanos. Este compromiso colectivo con el medioambiente contribuye a reducir la huella ecológica.
- Red de apoyo mutuo: la convivencia diaria en un entorno donde se fomenta la colaboración facilita la creación de lazos sólidos entre los miembros de la comunidad. En situaciones de necesidad, como enfermedades u otros problemas cotidianos, los residentes encuentran apoyo inmediato y una red de solidaridad difícil de lograr en los modelos residenciales convencionales.
- Fortalecimiento del sentido de pertenencia: la gestión colectiva y la participación activa en la toma de decisiones contribuyen a crear un sentimiento de pertenencia único. Los residentes comparten un espacio físico, pero también valores, proyectos y objetivos comunes, lo que genera una identidad comunitaria y un ambiente de confianza y cooperación.
Por último, pero no por ello menos importante, el cohousing promueve el bienestar emocional al reducir el aislamiento social y favorecer la integración. La realización de actividades conjuntas, talleres y eventos sociales enriquece la vida diaria e impulsa el desarrollo personal y social de cada individuo. Además, su capacidad para adaptarse a distintos colectivos y necesidades lo convierte en una alternativa con gran proyección de futuro.