Problemas digestivos en el embarazo: por qué aparecen y cómo aliviarlos

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Durante el embarazo, el cuerpo experimenta grandes cambios hormonales y físicos que pueden afectar al sistema digestivo. Por ello, es habitual que muchas mujeres presenten náuseas, acidez o estreñimiento en distintos momentos de la gestación. Aunque suelen ser molestias normales, es recomendable conocer las causas de los problemas digestivos en el embarazo y cómo manejarlos para un bienestar diario.

¿Por qué son tan frecuentes los problemas digestivos en el embarazo?

Los cambios hormonales, en especial el aumento de progesterona, tienen un papel fundamental. Esta hormona relaja la musculatura lisa del cuerpo —incluyendo la del aparato digestivo— para evitar contracciones uterinas prematuras. Como consecuencia, el tránsito intestinal se vuelve más lento, favoreciendo estreñimiento, distensión abdominal y acidez.

A nivel físico, el crecimiento del útero desplaza el estómago, el hígado y el páncreas, lo que altera su funcionamiento y dificulta la digestión. Además, el aumento del volumen sanguíneo y de las demandas metabólicas propias de la gestación puede contribuir a problemas digestivos en el embarazo.

Molestias digestivas más comunes durante el embarazo

Náuseas y vómitos
Afectan hasta al 80% de las embarazadas, especialmente entre las semanas 6 y 14. Se relacionan con el aumento de la hormona HCG, los niveles elevados de estrógenos y progesterona y factores emocionales como el estrés. Aunque suelen ser leves, en casos poco frecuentes puede aparecer hiperémesis gravídica, una forma intensa que requiere atención médica.

Cómo aliviarlas:

  • Comer pequeñas cantidades cada 2–3 horas.
  • Priorizar alimentos secos (tostadas, galletas, cereales).
  • Evitar comidas muy grasas, picantes o muy especiadas.
  • Mantener una buena hidratación con sorbos frecuentes.
  • Identificar y evitar olores desencadenantes.
  • Valorar el uso de vitamina B6 o jengibre, siempre bajo indicación profesional.

Acidez y reflujo gastroesofágico
Suelen intensificarse durante el segundo y tercer trimestre por la relajación del esfínter esofágico y la presión del útero sobre el estómago. Pueden causar sensación de ardor, regurgitación ácida y mal sabor de boca.

Medidas de alivio:

  • Comer raciones pequeñas y cenar al menos dos horas antes de acostarse.
  • Reducir café, chocolate, cítricos, tomate y comidas grasas.
  • Dormir con la cabecera ligeramente elevada.
  • Evitar ropa apretada y caminar tras las comidas.
  • Consultar sobre antiácidos seguros si las medidas higienicodietéticas no son suficientes.

Estreñimiento
Afecta a más de la mitad de las embarazadas debido a la relajación del intestino, la presión del útero, la menor actividad física o una hidratación insuficiente. También ciertos suplementos, como el hierro, pueden contribuir.

Recomendaciones útiles:

  • Aumentar la fibra: frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
  • Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
  • Realizar ejercicio suave y regular, como caminar o nadar.
  • Establecer rutinas y aprovechar el reflejo gastrocólico tras el desayuno.
  • Usar suplementos de fibra o laxantes solo bajo supervisión médica.

Cuidar la salud digestiva durante la gestación

Los problemas digestivos en el embarazo son habituales y, en la mayoría de los casos, esperables por los cambios fisiológicos de esta etapa. Aun así, existen medidas sencillas y seguras que pueden mejorar significativamente el confort diario.

Ante molestias persistentes, aparición de síntomas intensos o dudas sobre la medicación adecuada, es recomendable consultar con el profesional sanitario de referencia. Cada embarazo es único, y adaptar las recomendaciones a cada caso es esencial para garantizar el bienestar y la seguridad tanto de la madre como del bebé.

Recuerda que ASISA ha puesto en marcha el Programa de Familias Primerizas donde podrás encontrar toda la información, apoyo y profesionales especializados.

Recuerda

Los problemas digestivos en el embarazo son comunes debido a los cambios hormonales y físicos que ralentizan la digestión.
Náuseas, acidez y estreñimiento son las molestias más frecuentes, pero pueden aliviarse con hábitos alimentarios adecuados y medidas posturales.
Aunque suelen ser normales, es importante consultar al profesional sanitario si los síntomas son intensos o persistentes.