Alimento del mes: el guisante

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Se trata de uno de los alimentos más humildes y tradicionales de nuestra cocina y, sin embargo, sus propiedades lo convierten en un ingrediente clave. El guisante es una leguminosa que tiene su origen en el Mediterráneo. Existen restos fósiles que indican que hace 10.000 años ya se utilizaban los guisantes en Oriente Próximo y hace unos 8.000 años comenzaron a cultivarse en esta misma zona.

Lo que habitualmente conocemos como guisante, arveja o chícharo es el fruto de una planta herbácea y trepadora llamada Pisum sativum. Es tremendamente versátil, de manera que puede consumirse cocinado o crudo cuando es tierno. Aunque su temporada va desde marzo a mayo, podemos encontrarlos todo el año secos, congelados o en conserva.

Propiedades y beneficios del guisante

Su color verde y la forma en la que los cocinamos hace que comúnmente confundamos al guisante con una verdura. Sin embargo, en realidad se trata de una legumbre llena de interesantes propiedades, según la Fundación Española de Nutrición.

  • Menos aporte calórico: los guisantes tienen 81 kilocalorías por cada 100 gramos, notablemente menos que los garbanzos (360 kcal), las alubias (336 kcal) o las lentejas (353 kcal).
  • Fuente de proteínas: como otras legumbres, los guisantes son una buena fuente de proteína vegetal, imprescindible para el buen funcionamiento de los órganos y músculos. Dentro de estas proteínas, destaca la lisina, un aminoácido esencial que resulta indispensable para la formación de los músculos y los cartílagos.
  • Buen aporte de fibra: la fibra presente en este alimento, unida a la proteína, ayuda a mantener la sensación de saciedad y regula el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento. Uno de los tipos de fibra más interesantes que contiene esta legumbre es la pectina, que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y contribuye a controlar la diabetes.
  • Hidratos de carbono complejos: los guisantes tienen un interesante aporte de hidratos de carbono complejos, que se absorben más lentamente y aportan energía.
  • Fuente de vitaminas de tipo A, C y K. Las vitaminas de tipo A son imprescindibles para el buen funcionamiento del sistema inmunitario y la defensa frente a enfermedades; mientras que la vitamina C actúa como un potente antioxidante. Por su parte, la vitamina K tiene una función básica para coagular la sangre y evitar las hemorragias.
  • Aporte de minerales como fósforo y potasio: los minerales como el fósforo tienen un importante papel en la formación de los huesos y dientes. El potasio, por otro lado, es un tipo de electrolito que contribuye a la contracción de los músculos y nervios, incluyendo el mantenimiento del ritmo cardíaco.

Un buen momento para disfrutar de los guisantes frescos

El suave sabor del guisante permite integrarlo en casi todo tipo de platos, ya contengan carne o pescado. Su temporada comienza en marzo, lo que convierte la primavera en un momento ideal para encontrarlos frescos en los mercados. Una vez comprados, pueden guardarse en frío durante un par de días dentro de sus vainas, sin lavar y sin envoltorios de plástico.

Además de disfrutar de los guisantes frescos, tersos y suaves, podemos aprovechar las vainas para hacer un caldo sabroso y saludable en 3 sencillos pasos:

  1. Lavamos bien las vainas y las ponemos en una olla junto con una cebolla cortada en trozos, un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
  2. Cubrimos con agua y cocinamos durante unos 20 minutos.
  3. Apagamos el fuego y colamos para obtener un caldo limpio.

Una vez elaborado este caldo, podemos utilizarlo como base para sopas o guisos o para hervir los propios guisantes y realzar su sabor.

Recuerda:

  • La temporada de guisante fresco se extiende desde marzo a junio.
  • El guisante es una legumbre con un bajo aporte calórico.
  • Las vainas de los guisantes frescos pueden aprovecharse para hacer caldo.