¿Cuáles son los riesgos de auto medicarnos?

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¿Quién no se ha tomado un medicamento sin la supervisión médica? La automedicación es una práctica cada vez más común y puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Más aún cuando consumimos medicamentos que se encuentran guardados en el botiquín, como por ejemplo los antibióticos. El uso indiscriminado de estos medicamentos pueden ayudar a aliviar momentáneamente algunos síntomas; sin embargo, más adelante estas bacterias se fortalecen, lo cual dificultará el tratamiento.

¿Cómo funcionan los medicamentos?

Los medicamentos están compuestos por un principio activo y sustancias inactivas llamadas excipientes. El principio activo es la sustancia que trata o cura la enfermedad. Sin embargo, también es susceptible de causar efectos no deseados. Los excipientes son las sustancias que se mezclan con ellos para constituir el medicamento.

Por lo general, los excipientes no producen ningún tipo de efecto ni farmacológico ni tóxico sobre el organismo. No obstante, en personas alérgicas o con intolerancias alimenticias, algunos excipientes pueden causar reacciones adversas de distinta gravedad: desde reacciones alérgicas leves a shock anafiláctico. Este es el caso, por ejemplo, de la tartrazina (E-102), un colorante azoico empleado en jarabes que puede desencadenar broncoespasmos en niños asmáticos.

Por esta razón, es de suma importancia que el médico esté detrás de cada toma de medicamento, en especial, de los que necesitan receta médica, como los antibióticos u otros tratamientos.  La mala utilización de estos fármacos  puede provocar que estas bacterias se conviertan más resistentes, algo muy perjudicial para nuestra salud

El abuso de antibióticos

Debido al mal uso de los antibióticos, su resistencia  ha ido en aumento, causando alrededor de 25.000 muertes al año. Muchas enfermedades infecciosas son cada vez más difíciles de tratar a causa de los organismos resistentes a los antimicrobianos. Este es un problema del que nadie está exento ya que, cada vez que tomamos antibióticos, aumentan las posibilidades de que las bacterias presentes en nuestro cuerpo se hagan resistentes a ellos.

Es por eso que solo se deben tomar cuando nuestro médico lo recomienda. En caso de virus como el resfriado común o malestar, los antibióticos no suelen ser la mejor opción. Estos fármacos son únicamente eficaces para combatir infecciones bacterianas.

Recuerda:

  • Antes de adquirir o consumir cualquier medicación, consulta con tu médico de confianza.
  • No tomes medicamentos porque te aconsejen tus familiares o amigos. Los medicamentos no responden de la misma manera en todas las personas.
  • Respeta las indicaciones de tu médico en la prescripción, especialmente los horarios y las pautas. Aunque te sientas mejor, no dejes de tomar la medicación.