Alimentos del futuro: ¿comeremos insectos, algas o carne cultivada?

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En un planeta que se encamina hacia los 9.700 millones de habitantes en 2050, urge la necesidad de repensar nuestra forma de alimentarnos. Según estimaciones de la ONU, será necesario aumentar un 70% la producción de alimentos para cubrir la demanda, todo ello sin rebasar los límites ambientales del planeta. ¿Cuáles serán los alimentos del futuro?

Entre las alternativas que ganan terreno destacan los insectos comestibles, las algas y la carne cultivada. Estos productos no solo ofrecen ventajas ambientales significativas, sino que, además, cuentan con perfiles nutricionales muy completos.

Alimentos del futuro: nuevas fuentes de nutrición

Entre las alternativas más estudiadas y prometedoras, destacan varias opciones que combinan una alta eficiencia ambiental con un perfil nutricional equilibrado, capaces de aportar proteínas, vitaminas y minerales esenciales para la salud. Son las siguientes:

  • Insectos: recomendados por la FAO, ya forman parte de la dieta de más de 2.000 millones de personas. Son ricos en proteínas, hierro, zinc y vitamina B12, su producción es altamente eficiente y tienen una huella ambiental mínima.
  • Algas: como la laver y la wakame, son fuentes de omega 3, antioxidantes y minerales como el yodo. Se cultivan sin tierra, sin pesticidas y durante todo el año, y aportan un sabor umami que las hace atractivas para la cocina.
  • Carne cultivada: generada a partir de células madre en entornos controlados, permite obtener carne “real” sin necesidad de cría ni sacrificio animal. Su impacto ambiental es muy inferior al de la ganadería tradicional, aunque aún supone desafíos tecnológicos y de costes.

Más allá de estos tres ejemplos, existen muchas otras alternativas emergentes en el panorama alimentario. Los granos olvidados (como el mijo o el sorgo), algunas legumbres poco explotadas (como la lenteja roja) o incluso nuevas aplicaciones de alimentos fermentados están transformando la forma en que concebimos nuestras dietas.

Una dieta más diversa y resiliente: clave para el futuro del planeta

La transición hacia una alimentación más sostenible no se limita a incorporar nuevos ingredientes, sino que implica una transformación profunda en nuestros hábitos de consumo. Las nuevas generaciones están liderando una tendencia hacia dietas más basadas en vegetales, la compra responsable y la reducción del desperdicio alimentario. Este cambio no solo responde a motivos ambientales, sino también de salud y bienestar.

En la actualidad, dependemos de solo 12 especies vegetales y 5 animales para el 75% del suministro alimentario mundial. En contraste, promover la agrobiodiversidad mediante la inclusión de granos, legumbres y vegetales olvidados puede ser una forma eficaz de enriquecer nuestra dieta y proteger el planeta.

Adoptar una alimentación más diversa, ética y sostenible es una de las decisiones individuales con mayor impacto colectivo. Los alimentos del futuro no son ciencia ficción: son una invitación a construir un sistema alimentario más justo, eficiente y respetuoso con nuestro entorno.

Recuerda

En 2050, se necesitará un 70 % más de producción de alimentos para alimentar a una población mundial estimada en 9.700 millones de personas.
Los insectos, las algas y la carne cultivada destacan como fuentes sostenibles por su bajo impacto ambiental y alto valor nutricional.
El 75 % del suministro alimentario mundial depende de solo 12 especies vegetales y 5 animales, lo que puede poner en riesgo la seguridad alimentaria global.