¿Es necesario vacunar a un gato aunque no salga de casa?

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Muchos gatos permanecen en los hogares toda su vida, realizando salidas muy puntuales, como las visitas al veterinario. Podría parecer que, al no acceder al exterior, están protegidos y no necesitan vacunas. Sin embargo, es imprescindible vacunar a un gato para proteger su salud.

Aunque no salgan de casa, sí mantienen contacto regularmente con el exterior a través de las personas. De este modo, pueden contraer enfermedades a través de virus o bacterias que introduzcamos en el hogar sin darnos cuenta, adheridas a nosotros, a nuestra ropa o a nuestros zapatos. De la misma manera, el felino puede tener contacto con otros animales a través de visitas de amigos o familiares con mascotas o en la consulta veterinaria.

Además, si nuestro animal de compañía contrae una enfermedad, podría incluso transmitirla a los humanos. En resumen, la salud de todos los miembros de la familia está interconectada y debe cuidarse en conjunto.

¿Cuándo y cómo vacunar a un gato casero?

Una vez que se ha producido el destete de la madre en torno a las ocho semanas de vida, puede comenzarse con la vacunación siempre y cuando el gatito goce de un buen estado de salud. De acuerdo con las recomendaciones de los veterinarios, estas son las principales vacunas que deberá tener un gato casero:

  • Vacuna trivalente: protege contra panleucopenia (conocida popularmente como moquillo), la rinotraqueítis (la gripe felina) y el calicivirus. Suele administrarse en dos dosis, la primera a las 8 o 9 semanas de vida y la segunda, 3 o 4 semanas más tarde. Además, son necesarias dosis de refuerzo, cuya periodicidad puede cambiar y la indicará el veterinario.
  • Rabia: puede ponerse a partir de los 4 meses de vida y protege contra el rhabdovirus, que produce la enfermedad de la rabia. Esta vacuna es especialmente importante, ya que la rabia puede transmitirse a los humanos y es mortal.
  • Leucosis: también conocida como leucemia felina, es una enfermedad que suele afectar más a los gatos que salen al exterior. No obstante, también puede aplicarse a los felinos de interior. Se administra a partir de la semana 9 de vida y con recordatorios periódicos según indique el veterinario.
  • Peritonitis infecciosa felina: esta enfermedad está causada por el coronavirus felino y podemos vacunar a nuestro gato contra ella a partir de las 16 semanas de edad.
  • Clamidiosis felina: se trata de una enfermedad infecciosa que suele producir conjuntivitis y se da habitualmente cuando conviven varios gatos en el mismo hogar. Puede administrarse también a partir de las 8 semanas de vida.

Precauciones en la llegada de nuevo miembro de la familia

Si un nuevo felino acaba de llegar a nuestro hogar, es posible que aún no haya recibido ninguna vacuna o no estemos seguros de cuáles puede tener. Por todo esto, a lo largo de la primera semana deberemos llevarlo a una consulta veterinaria para que evalúen su estado de salud y nos asesoren acerca de su cuidado.

Durante este tiempo antes de vacunar a un gato, debemos mantener especial precaución para evitar dañar su salud. No es recomendable que interactúe con otros animales hasta no tener las principales vacunas. Asimismo, debe permanecer en áreas limpias de la casa y, al salir a la calle, hacerlo en su transportín.

Recuerda:

  • Aunque estén siempre en casa, los gatos deben recibir una serie de vacunas para evitar enfermedades.
  • El contacto con las personas o con otros animales con los que convive o visita puede ser fuente de infecciones.
  • En el caso de que un gato sea muy joven y no tenga vacunas, deberemos mantener especial cuidado para evitar dañar su salud.