Coeficiente intelectual: qué habilidades mide y para qué sirve

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La inteligencia de las personas es difícil de medir, ya que es un conjunto de habilidades complejas como el pensamiento lógico, la planificación o la resolución de problemas. Por este motivo, existen pruebas que miden la inteligencia de una persona, como el coeficiente intelectual.

De todas ellas, la más aceptada es la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos (WAIS), que desarrolló el psicólogo David Wechsler. Se trata de una prueba que valora cuatro áreas: la comprensión verbal, el razonamiento perceptivo, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. El resultado de estas cuatro pruebas es un número que conocemos como coeficiente intelectual o cociente intelectual (CI).

Estas pruebas no están relacionadas con el nivel educativo, social, económico o de lectura de la persona, ni con su cultura. De esta forma, se intenta asegurar que se mide la capacidad de la persona y no lo que puede haber aprendido.

Interpretar el resultado de esta prueba

David Wechsler usó como referencia el número 100 para referirse a la inteligencia intermedia. A partir de ahí, el resultado puede situarse por encima o por debajo.

  • Menos de 70 puntos: muy bajo rendimiento.
  • 70 y 79 puntos: nivel de inteligencia límite.
  • 80 y 89 puntos: dentro de la media normal, pero tirando a baja.
  • 90 y 109 puntos: inteligencia promedio.
  • 110 y 119 puntos: dentro de la media normal, pero tirando a alta.
  • 120 y 129 puntos: inteligencia superior al promedio.
  • Más de 130 puntos: muy por encima de la media. A estas personas se las considera de altas capacidades intelectuales.

Usos que se dan al coeficiente intelectual

Existen diferentes usos que se pueden dar a estas pruebas. Pueden utilizarse para valorar el rendimiento académico de alumnos, en función de las dificultades o ventajas que tenga cada uno. En el entorno laboral se usa a veces en los procesos de selección para evaluar a los candidatos. Asimismo, el coeficiente intelectual se utiliza para diagnosticar dificultades de aprendizaje o alteraciones cognitivas.

Como vemos, estas pruebas se siguen usando para medir la inteligencia de una persona comparada con la media normal. Sin embargo, hay algunas voces en contra.

Algunas investigaciones, como la del Western’s Brain and Mind Institute de Canadá y el Science Museum Group del Reino Unido, alertan de que no se debe reducir la inteligencia de una persona al cociente intelectual. Los investigadores sostienen que diferentes circuitos del cerebro contribuyen a la inteligencia con distintas capacidades. De este modo, una persona puede ser excelente en unas áreas y tener problemas en otras.

Por ello, debemos tener presente que una prueba de inteligencia no es capaz de medir todas las capacidades de una persona.

Recuerda:

  • El coeficiente o cociente intelectual es el resultado de medir de forma objetiva las capacidades intelectuales de una persona y suele ser un número.
  • Los principales tests de inteligencia evalúan la comprensión verbal, el razonamiento perceptivo, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento.
  • Algunos investigadores apuntan a que no es posible medir todas las capacidades que puede tener una persona.