Pasear al perro es una rutina imprescindible en su día a día que va mucho más allá de acompañarle a realizar sus necesidades. Los perros deben salir para ejercitarse, explorar el entorno y relacionarse con otros perros. Aunque salir a la calle con nuestro peludo puede parecer algo sencillo, un paseo mal realizado puede convertirse en una fuente de estrés o incluso en un riesgo para su salud.
5 errores frecuentes al pasear al perro
En España viven más de 9,3 millones de perros y, aunque cada animal y cada familia son diferentes, hay 5 errores que se repiten en muchos de los paseos. Detectarlos es el primer paso para corregirlos:
- Llevar al perro con tirones o demasiada tensión en la correa: uno de los errores más frecuentes es sujetar la correa con rigidez, recurriendo a los tirones para intentar controlar el comportamiento del perro. Esto no solo transmite nerviosismo, sino que también puede causar lesiones en el cuello y problemas respiratorios como la tos crónica. La correa debe estar relajada, funcionando como un canal de comunicación y no como un instrumento sancionador.
- No dejar que el perro olfatee ni explore: los paseos son una oportunidad para que el animal interprete el mundo a través de su olfato, que es su principal sentido. Si impedimos que nuestro perro huela su entorno, estamos limitando su capacidad de relajarse y le priva de satisfacer su curiosidad natural. Es como pedirle a un humano que camine con los ojos cerrados: el olfato es la forma en que los perros entienden lo que ocurre a su alrededor.
- Utilizar material inadecuado: emplear collares muy ajustados, arneses de baja calidad o correas demasiado cortas resulta contraproducente. Esto se debe a que, además de causar molestias y rozaduras, dificultan el control y la seguridad durante el paseo.
- Evitar el contacto con otros perros sin motivo: aislar a nuestro perro de otros animales por precaución, cuando no existe un problema de conducta real, limita su desarrollo social. La socialización es clave para que el perro aprenda a gestionar diferentes situaciones y gane confianza en sí mismo.
- Pasear con prisa sin respetar su ritmo: realizar paseos apresurados, pensando solo en cumplir con la obligación, puede ser frustrante para el animal. Cada perro tiene sus propias necesidades y es fundamental adaptar el ritmo y la duración del paseo a su edad, energía y estado de salud.
Un paseo bien hecho ayuda a que el perro esté más equilibrado tanto física como mentalmente. Además, mejora la convivencia en casa y refuerza la relación entre el animal y su responsable. Los pequeños cambios en nuestra actitud pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida de nuestro perro.
Consejos para mejorar el paseo
Una vez identificados los errores pasear al perro, es importante poner en práctica una serie de recomendaciones sencillas que harán que cada salida sea más tranquila, agradable y enriquecedora para nuestro amigo peludo:
- Planificación de diferentes rutas: permite que tu perro explore nuevos entornos y olores, favoreciendo su estimulación mental y reduciendo el aburrimiento.
- Evitar las horas de mayor calor: en los meses de verano, es importante evitar los golpes de calor y las quemaduras en las almohadillas. Para ello, se recomienda pasear al perro en los momentos más frescos del día.
- Atención durante el paseo: garantiza la seguridad de tu perro al anticipar posibles peligros, detectar cambios en su comportamiento y evitar que ingiera objetos peligrosos.
- Refuerzo positivo con cariño y premios: esta técnica facilita el aprendizaje y mejora la conducta de tu perro al premiar sus aciertos con palabras amables, caricias o pequeñas recompensas.
Además, es importante recordar que un buen paseo se debe adaptar siempre a las características específicas de cada perro. Los cachorros suelen necesitar paseos más cortos pero frecuentes, llenos de estímulos y juegos. Los adultos activos, especialmente los de razas deportivas, agradecen paseos largos y con espacio para correr. En cambio, los perros mayores o con poca energía se benefician de salidas más tranquilas, a un ritmo pausado y con descansos. Ajustar la duración y la intensidad de cada paseo a la edad y el nivel de energía del animal es la mejor manera de que disfrute de la experiencia y vuelva a casa contento.