¿Qué es la huella digital y cómo gestionarla?

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Cada vez que navegamos por internet, publicamos en redes sociales o utilizamos aplicaciones, dejamos un rastro de información. Ese rastro, conocido como huella digital, afecta a nuestra privacidad, nuestra reputación e incluso puede influir en nuestras futuras oportunidades laborales. Pero, ¿en qué consiste exactamente la huella digital y cómo podemos gestionarla de forma responsable?

Tipos de huella digital

La huella digital se define como el conjunto de datos que vamos generando a través del uso de dispositivos y servicios en línea. No toda la huella digital es igual, y es importante distinguir entre sus 2 categorías:

  1. Huella digital activa: hace referencia a toda la información que compartimos de manera intencionada. Son las publicaciones en redes sociales y sus comentarios, los registros en plataformas o las fotografías y los vídeos que compartimos. En estos casos, somos plenamente conscientes de que estamos dejando datos, y cada persona tiene el poder de decidir qué información hacer pública.
  2. Huella digital pasiva: a diferencia de la anterior, la huella digital pasiva se genera sin que el usuario sea siempre consciente de ello. Navegar por páginas web, aceptar cookies, permitir el acceso a la ubicación o utilizar aplicaciones móviles genera un volumen importante de datos. Entre estos datos se encuentran el historial de navegación, la dirección IP, las preferencias de uso y otra información que, aunque invisible para el usuario, es recopilada y almacenada de manera automática.

Tanto la el rastro activo como el pasivo forman parte de nuestra identidad en el entorno digital. Este rastro puede ser utilizado por empresas para personalizar servicios, pero también puede suponer un riesgo si cae en las manos inadecuadas.

Riesgos de la huella digital: ¿cómo proteger tu privacidad?

La gestión de nuestra presencia digital es fundamental por varias razones. Por un lado, una exposición excesiva o mal gestionada puede conllevar riesgos de suplantación de identidad, fraudes o incluso afectar negativamente a la reputación personal y profesional. No es infrecuente que empresas consulten la visibilidad online de candidatos antes de una contratación, o que publicaciones antiguas resurjan y generen problemas de imagen.

Por otro lado, la huella digital es un activo que puede ayudarnos a construir una identidad digital positiva y coherente, siempre que se gestione con criterio. Aunque eliminar completamente la huella digital es prácticamente imposible, existen estrategias para minimizar y controlar el rastro que dejamos en Internet:

  • Configurar adecuadamente la privacidad: esto es, ajustar las opciones de privacidad para controlar quién puede ver publicaciones, fotos e información personal. Revisar estos ajustes periódicamente ayuda a mantener el control sobre la identidad digital y a proteger la información personal.
  • Limpiar el historial y eliminar las cookies: borrar los registros de páginas visitadas y archivos temporales, así como utilizar navegadores en modo privado, contribuye a reducir el rastro que se deja en Internet.
  • Revisar y actualizar los permisos: consiste en comprobar a qué datos personales tienen acceso las aplicaciones instaladas y eliminar aquellas que ya no se utilizan o no son imprescindibles.
  • Eliminar cuentas y perfiles antiguos: cerrar y eliminar perfiles en redes sociales, foros o servicios en desuso reduce la cantidad de datos personales accesibles en la red y ayuda a mantener una huella digital actualizada.
  • Considerar ejercer el derecho al olvido: este derecho, reconocido por el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), ofrece la posibilidad de que ciertos datos desaparezcan de los resultados de búsqueda. Esto ayuda a proteger la privacidad y a tener mayor control sobre la visibilidad digital. Basta con solicitar a los motores de búsqueda la eliminación de enlaces a páginas donde aparezcan datos personales, rellenando un formulario específico.

Gestionar la huella digital de manera responsable es fundamental para proteger nuestra privacidad y la seguridad, y también para construir una identidad digital coherente con nuestros valores y objetivos propios. En un entorno cada vez más conectado, prestar atención al rastro que dejamos en Internet resulta tan esencial como cuidar la reputación en la vida fuera de la red.

Recuerda

La huella digital es el rastro de datos que dejamos al navegar por internet, publicar en redes sociales o utilizar aplicaciones.
Configurar la privacidad, eliminar cuentas antiguas y revisar los permisos de las aplicaciones son acciones clave para proteger nuestra información personal.
Gestionar la huella digital permite evitar riesgos como el robo de identidad y construir una reputación acorde a nuestros valores.