La Costa Amalfitana es un destino que enamora a todo aquel que se adentra en ella. Situada en la región de Campania, al sur de Italia, esta franja costera se extiende a lo largo de unos 50 kilómetros entre acantilados escarpados y pueblos que parecen sacados de una postal. También es la tierra del limoncello, un licor elaborado tradicionalmente con limones de Amalfi, símbolo de la gastronomía local.
Esta región recibe cada año a miles de viajeros que buscan perderse en las calles empedradas de sus pueblos, disfrutar de sus playas escondidas y saborear la auténtica cocina mediterránea. Hoy te proponemos una ruta de 5 días para que puedas disfrutar de todos los secretos de la Costa Amalfitana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Día 1: Nápoles y Sorrento, puerta de entrada a la Costa Amalfitana
El itinerario comienza el primer día con la llegada a Nápoles, el punto de acceso ideal para iniciar una ruta por la Costa Amalfitana. La ciudad alberga el Museo Arqueológico Nacional, donde pueden verse restos de Pompeya y Herculano. En Nápoles nació la pizza y, para empezar el recorrido con buen sabor de boca, no hay nada mejor que probar una auténtica pizza napolitana en uno de sus restaurantes tradicionales.
Después de explorar Nápoles, nos dirigiremos a Sorrento, una localidad con impresionantes vistas al Golfo de Nápoles y un casco antiguo lleno de tiendas y cafeterías. Pero, sin duda, Sorrento enamora por sus magníficas vistas del Vesubio. Un paseo por el mirador de la Villa Comunale nos sumerge en la atmósfera costera que nos acompañará los próximos días.
Día 2: Positano y Praiano, postal mediterránea
El segundo día se centra en los pueblos de Positano y Praiano. Desde Sorrento, se puede acceder por la carretera panorámica SS163, una de las más espectaculares de Europa. La primera parada del día será en Positano, probablemente el pueblo más fotografiado de la Costa Amalfitana. Sus casas de colores pastel descienden por la colina hasta la playa, creando un escenario idílico. Entre sus imprescindibles están la Iglesia de Santa María Assunta, famosa por su cúpula de azulejos, y la playa Spiaggia Grande, donde se puede disfrutar de la brisa marina y degustar un plato de pasta con marisco.
A pocos kilómetros, Praiano ofrece una experiencia más tranquila pero también más auténtica. Sus calas escondidas, como la Cala di Praia, ofrecen un entorno perfecto para un baño al atardecer. Aquí, la cocina local destaca por los pescados frescos preparados con un toque mediterráneo. Es el lugar perfecto para disfrutar de una cena frente al mar mientras el sol se esconde en el horizonte.
Día 3: Amalfi y Ravello, historia y panorámicas de la Costa Amalfitana
Amalfi fue una poderosa república marítima en la Edad Media y conserva su legado en su impresionante Catedral de Sant’Andrea. En sus calles se encuentran tiendas donde se pueden comprar cerámicas artesanales y dulces típicos como la delizia al limone.
Para este día, se recomienda hacer una excursión a Ravello, una joya situada en lo alto de los acantilados de la costa. Sus jardines y villas, como la Villa Rufolo y la Villa Cimbrone, ofrecen vistas espectaculares del Mediterráneo. La Terrazza dell’Infinito en Villa Cimbrone es uno de los rincones más impresionantes de la zona. Tras la visita, regresamos a Amalfi para pasar la noche, disfrutar de una cena frente al mar y prepararse para el día siguiente.
Día 4: Capri y la Gruta Azul, una escapada mágica
Desde Amalfi se puede coger un barco a Capri, una isla famosa por sus paisajes y sus calles llenas de lujo. En cualquier caso, uno de los imprescindibles de la isla es la visita a la Gruta Azul, donde la luz del sol crea un efecto azul intenso en las aguas.
Además de la gruta, otro imprescindible de Capri son los icónicos faraglioni, formaciones rocosas que emergen del mar y ofrecen una vista inolvidable desde cualquier mirador de la isla. La isla puede recorrerse fácilmente en autobús o taxi. Al anochecer, volveremos a Amalfi en barco.
Día 5: Relax en la Spiaggia di Atrani para despedir la Costa Amalfitana
Para terminar el viaje con tranquilidad, el último día lo podemos dedicar a descansar en la Spiaggia di Atrani, una de las playas más encantadoras y menos masificadas de la zona.
Atrani, el pueblo más pequeño de Italia, se encuentra junto a Amalfi y conserva una atmósfera local y acogedora. Su playa de piedras, resguardada entre acantilados, invita al descanso después de varios días de viaje. Ideal para despedirse de la Costa Amalfitana con calma.