¿Cómo nos ayudan los videojuegos a mantenernos saludables?

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Los videojuegos suelen asociarse a ocio, diversión y entretenimiento. Sin embargo, cada vez se reconoce más su impacto positivo en la salud, tanto física como mental. Lejos de ser una simple distracción, el uso adecuado de ciertos videojuegos puede convertirse en una herramienta valiosa para el bienestar, la educación y la socialización, siempre que se utilicen de forma responsable.

Videojuegos activos: el futuro de la actividad física

Uno de los tipos de videojuegos más beneficiosos para la salud son los videojuegos activos, también conocidos como exergames. Estos requieren que los jugadores se muevan físicamente, utilizando su cuerpo para interactuar con el juego. Cuentan con los siguientes beneficios:

  • Hacen posible moverse sin salir de casa: permiten ejercitarse desde el salón, eliminando barreras como el tiempo, el clima o la falta de espacio.
  • Mejoran habilidades motoras clave: al exigir movimientos coordinados, favorecen el equilibrio y la motricidad.
  • Fomentan la socialización: promueven la interacción familiar o grupal, reforzando vínculos a través de la actividad física.
  • Combaten el sedentarismo: al incorporar el movimiento al juego, reducen el tiempo de inactividad, ayudando a prevenir patologías como la obesidad o las enfermedades cardiovasculares.

En este contexto, este tipo de juegos ha encontrado un espacio en la práctica clínica. Muchos de ellos, apoyados en la realidad virtual, han resultado herramientas valiosas en deferentes tratamientos y programas de rehabilitación. Sobre todo, en pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares, a quienes ayudan en la recuperación de habilidades motoras y en el restablecimiento del equilibrio.

Beneficios cognitivos y emocionales: salud mental

Algunos videojuegos también tienen un impacto significativo en nuestra salud mental. Los videojuegos de estrategia, como los de puzzles o aquellos que requieren tomar decisiones, pueden mejorar nuestras habilidades cognitivas, como la memoria, la concentración y la capacidad de resolución de problemas. Estos juegos ayudan a entrenar el cerebro, manteniéndolo activo y saludable.

Además, son conocidos por ser una forma de aliviar el estrés. Sumergirse en un juego puede servir como una vía de escape, permitiendo a los jugadores desconectar de las presiones cotidianas y reducir los niveles de ansiedad. En determinados contextos clínicos, los videojuegos también se utilizan en terapias de rehabilitación y salud mental, y ayudan a personas con depresión o estrés postraumático a mejorar su bienestar emocional.

Videojuegos en la educación

Los videojuegos también tienen un impacto positivo en el ámbito educativo. Muchos están diseñados para aprender jugando, haciendo que el proceso educativo sea más atractivo y efectivo. Además, promueven la resolución de conflictos, el pensamiento crítico y la colaboración en equipo, habilidades que son esenciales en el mundo actual.

Por supuesto, el beneficio de los videojuegos depende del tipo de juego, el tiempo de uso y el contexto en que se utilicen. Un uso excesivo puede derivar en problemas de salud, como la fatiga ocular, dolores de espalda o una vida sedentaria.

Para evitar estos efectos negativos, es fundamental hacer pausas regulares, mantener una postura adecuada al jugar y combinar el tiempo frente a la pantalla con actividad física. El acompañamiento de adultos, en el caso de los más pequeños, y la elección responsable del videojuego son claves para disfrutar de todos los beneficios que pueden aportar a la salud y el bienestar.

Recuerda

Los videojuegos, bien seleccionados y utilizados de forma responsable, pueden aportar beneficios para la salud.
Los videojuegos activos favorecen el ejercicio físico y la rehabilitación, mientras que otros estimulan habilidades cognitivas, alivian el estrés y promueven el aprendizaje.
El impacto positivo depende del tipo de juego, el tiempo y el contexto de uso.