El mejor calzado para el verano: aprende cómo elegirlo

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Con el buen tiempo tendemos a vestir de forma más despreocupada y esto afecta también a nuestros pies. Despojarnos de los calcetines nos puede hacer sufrir ampollas y a menudo pasamos más tiempo del que deberíamos en chanclas. Estos cambios de hábitos pueden tener consecuencias. Por este motivo, debemos elegir cuidadosamente el mejor calzado para el verano.

Por ejemplo, un calzado tan popular como las chanclas puede ser muy perjudicial para nuestros pies. De hecho, los expertos recomiendan utilizarlas únicamente en piscinas, duchas públicas y vestuarios por razones de higiene.

Por muy bonitos que nos puedan resultar, elegir unos zapatos para el verano inadecuados puede pasar factura a nuestra salud. Podemos sufrir ampollas y rozaduras, pero también sobrecargar nuestra musculatura y articulaciones, pisar de forma incorrecta y terminar con dolores en los pies, las piernas o la espalda.

Las 5 claves para elegir calzado para el verano

Si no quieres que un mal calzado te amargue el verano, te traemos cinco consejos para elegir el calzado para el verano correcto a la hora de cuidar tus pies:

El calzado debe sujetar el pie y no al contrario

El calzado debe sujetar el tobillo y no quedar demasiado holgado. De lo contrario, lo sujetaremos con el pie mientras caminamos, de forma que tensemos los músculos del pie. Esto puede hacer que arrastremos los pies al caminar y que corramos más riesgo de tropezarnos.

Entre 2 y 3 centímetros de suela

Las suelas demasiado finas no amortiguarán y notaremos cualquier objeto en el suelo. Por otra parte, tampoco son recomendable las suelas demasiado gruesas o de plataforma con poca estabilidad.

El mejor calzado para el verano es el de tu talla

Llevar un zapato más pequeño de lo necesario puede ser una tortura, pero llevarlo más grande también. Al quedar demasiado suelto, puede producirnos rozaduras, nos obligará a sujetarlo con el pie e incluso puede restarnos estabilidad.

Apuesta por los materiales naturales

Nuestros pies deben poder respirar durante todo el año, pero mucho más en verano. Los materiales ideales para zapatos y sandalias son el cuero y la tela, que se adaptan mejor al pie y permiten que el sudor se evapore. Así, debemos evitar siempre materiales plásticos o lacados, que son menos flexibles y no transpiran.

Las suelas de caucho

El caucho en las suelas nos aportará comodidad, amortiguación y flexibilidad. La madera da lugar a zapatos demasiado rígidos y con los que se puede resbalar fácilmente. El esparto, por su parte, puede resultar cómodo y transpirable; pero, si no cuenta con una base de caucho, durará poco y dejará que el agua traspase si llueve. En este caso, el corcho puede ser una buena alternativa, más firme y adaptable a nuestro pie.

Además de elegir el mejor calzado para nuestros pies, también es una excelente idea caminar descalzos cuando sea posible. Se ha demostrado que ayuda a estimular los músculos de los pies y a liberar la tensión y el estrés.

Recuerda:

  • Un calzado inadecuado puede provocar rozaduras, ampollas, daños en músculos y articulaciones y dolores de pies, piernas y espalda.
  • Debemos reservar las chanclas para piscinas, vestuarios y duchas públicas.
  • El verano es un buen momento para aprovechar los beneficios de caminar descalzo.