Estos son los alimentos que no deberías congelar

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Las frutas y las verduras crudas, los huevos con cáscara, el pescado poco fresco, los lácteos, la mayonesa, las salsas o las patatas son alimentos que no se deben congelar. Sus propiedades se ven afectadas por este proceso, por lo que no conviene comprometer sus nutrientes y es mejor comerlos frescos.

Lo principal, no obstante, es usar el sentido común. Debes comprender que cuando congelas un alimento, congelas con él las bacterias que este pudiera contener. Y, al contrario de lo que se cree comúnmente, estas no desaparecen con la congelación. Permanecen inactivas, latentes, y al descongelar se reactivan.

¿Qué alimentos no se pueden congelar?

Existen muchos alimentos que pierden sus beneficios al pasar por un proceso de congelación; no obstante, en la mayoría de ellos no comprometemos la salud al comerlos.

Sin embargo, hay una norma básica en la congelación: no volver a congelar lo que ya fue congelado una vez. De hacerlo, estarías poniendo en peligro algo más que sabores, texturas o propiedades. Estarías comprometiendo tu salud.  

Pongamos que preparas una comida de la que te sobra bastante cantidad. El proceso es el siguiente: la congelas, la descongelas para comerla y vuelve a sobrar. No debes volver a congelar los restos. Los alimentos ya han estado expuestos al ataque de bacterias y al congelarlos permanecerían latentes y deteriorarían el producto. 

Comidas que pierden propiedades, sabor o textura con la congelación

Aunque no sea peligroso, algunos alimentos congelados pierden su estructura y, con ello, sus vitaminas u otros componentes. Además, el sabor y textura se ven alterados por la congelación, por lo que es mejor consumirlos frescos. Exponemos un listado de aquellos alimentos que no se deben congelar:

  • Las frutas o verduras crudas. Al contener mucha agua, con la congelación, esta se solidifica, rompiendo la estructura del alimento. Al descongelarse, este no puede retener el agua y pierde sus vitaminas y nutrientes. Una buena idea, referente sobre todo a algunas verduras, es hervirlas o escaldarlas antes de congelarlas, para que conserven sus propiedades.
  • Los huevos cocidos o con cáscara. Aunque los huevos sí se pueden congelar, nunca debemos hacerlo con la cáscara, pues podrían estallar. Para congelar un huevo, debemos batirlo primero o bien separar su clara y su yema. Además, en el caso de las yemas, lo mejor será batirlas y mezclarlas ya con sal o azúcar antes de congelarlas.
  • El pescado. Solo debemos congelarlo si está suficientemente fresco; de lo contrario, las bacterias permanecerían latentes en él. En el caso de los pescados, es muy importante congelarlos en un recipiente que no permita la entrada de aire. Si te quedan dudas, en este post sobre el anisakis: qué es y precauciones a tomar para evitarlo, explicamos cómo y por qué comer el pescado previamente congelado.
  • Los productos lácteos: leche, nata, quesos… Su consistencia se ve muy alterada por el proceso de congelación.
  • La mayonesa y otras salsas. Pueden cortarse en el proceso de congelar y descongelar. Además, en el caso de la mayonesa, su textura cambiará con la congelación: forma una masa sólida.
  • Las patatas. Al congelarlas, desaparece la fécula, perdiendo su sabor y textura.

Consejos para refrigerar correctamente los alimentos cocinados

Ahora que ya conoces el proceso de congelación de los alimentos, seguro que te haces una idea de qué métodos son los más adecuados para congelarlos sin que se estropeen. Te resumimos un par de consejos básicos:

  • Evitar la entrada de agua o aire en los alimentos. Para ello, te recomendamos usar un envase adecuado: rígido, sin grietas ni fisuras, a ser posible con cierre hermético.
  • Guarda porciones más pequeñas. De esta manera, podrás descongelar solo lo que vayas a comer y evitarás verte en la tesitura de querer volver a congelar lo que ya sacaste del congelador.

Recuerda:

  • Al congelar un alimento, se congelan con él las bacterias que pudiera contener. Estas permanecen inactivas, latentes, y al descongelar se reactivan.
  • Por este motivo volver a congelar un alimento que ya fue congelado compromete seriamente la salud.
  • Lo más importante a la hora de congelar los alimentos es utilizar un recipiente adecuado, que evite la entrada de aire o agua. De este modo, evitaremos romper la estructura de los alimentos.