Torus dentales: qué son y cómo debemos tratarlos

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Los torus dentales son protuberancias óseas que aparecen en la parte dura del paladar (torus paladinos) o la mandíbula (torus mandibulares). Este crecimiento del hueso se produce bajo la encía y suelen aparecer durante la juventud, en la década de los 20 y los 30. Asimismo, también pueden formarse en grupos de pequeñas protuberancias, en cuyo caso se conocen con el nombre de exostosis.

Se trata de una afección bastante habitual. Tanto es así que se calcula que 27 de cada 1.000 personas presentan torus dentales y sus causas son variadas.

El origen de los torus parece estar en una predisposición genética que puede ser desencadenada por otros factores como el bruxismo, el estrés o un trauma. De hecho, estudios han demostrado que en el 93,6% de las parejas de gemelos idénticos, ambos o ninguno presentan estas protuberancias. Algunos estudios señalan también el desgaste dental o la hipertensión como un posible desencadenante de estas protuberancias.

¿Cómo se tratan los torus dentales?

Normalmente, los torus dentales no van acompañados de otras complicaciones ni son síntoma de otras enfermedades. Sin embargo, si crecen mucho, pueden generar molestias. En ciertos casos, se debe considerar comenzar un tratamiento para eliminarlo:

  • Cuando el roce hace que las mucosas se inflamen o se creen úlceras.
  • Si el torus impide la correcta limpieza de las piezas dentales, de forma que puedan producir halitosis o acumulación de alimentos.
  • En los casos en los que el torus dificulta o impide el uso de prótesis dentales.
  • Cuando el paciente considera que le afecta estéticamente.

A menudo no es necesario aplicar ningún tipo de tratamiento a los torus dentales. No obstante, en los casos en que el torus creciese demasiado y fuese necesario, puede extirparse en una cirugía ambulatoria con anestesia local.

Si sospechamos que podemos tener un torus dental, lo mejor es acudir a nuestro odontólogo. A través de una exploración y las pruebas necesarias, el odontólogo podrá diagnosticarlo y supervisar su evolución, ya que suelen ir creciendo con el paso de los años.

Recuerda:

  • Existe una predisposición genética a tener torus dentales, pero el bruxismo o el estrés pueden desencadenarlos.
  • Si se trata de una protuberancia pequeña que no dificulta las actividades diarias, no es necesario extirparlo.
  • Si crees que puedes tener un torus dental, consulta con tu odontólogo para poder examinarlo y seguir su evolución.