Sensibilidad dental: por qué se produce y cómo evitarla

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Es común sentir dolor en los dientes en algún momento de la vida y este puede tener diferentes causas. A veces, elementos aparentemente inofensivos como el frío, el calor, los sabores dulces o ácidos, o simplemente el tacto, producen un dolor agudo en los dientes. Esto es lo que se conoce sensibilidad dental.

El dolor suele aparecer cuando la capa de esmalte que recubre la pieza dental se daña y queda al descubierto la dentina, que es la capa inmediatamente inferior y que es más sensible al tacto, los sabores y los cambios de temperatura. Algunos estudios apuntan a que este tipo de molestia afecta a entre el 25 y el 30% de la población, principalmente a personas de entre los 30 y los 40 años de edad. Asimismo, suele ser más frecuente en mujeres que en hombres.

¿Por qué queda expuesta la dentina?

Existen principalmente dos motivos por los que la dentina puede quedar expuesta y generar sensibilidad en los dientes:

  1. Desgaste de la superficie dental: el esmalte, la capa más dura que recubre el diente y protege la dentina, puede desgastarse debido al abuso de bebidas carbonatadas o alimentos muy ácidos, o bien, a una técnica incorrecta a la hora de cepillarse los dientes.
  2. Retraimiento de las encías: cuando las encías se retraen, dejan al descubierto parte de la raíz del diente la cual no tiene esmalte y, por tanto, es más sensible. Esto puede suceder por una mala higiene bucal, un cepillado muy fuerte, bruxismo o incluso por factores hereditarios.

6 consejos para reducir la sensibilidad dental

  1. Cuidar el cepillado: a la hora de cepillar los dientes, la presión que se ejerza sobre ellos debe ser muy suave. Del mismo modo, si el cepillo tiene las cerdas muy duras o nos hacen daño, debemos sustituirlo por uno con cerdas blandas.
  2. Utilizar un dentífrico desensibilizante: en el mercado existe una variedad de pastas de dientes formuladas específicamente para aliviar la sensibilidad dental con el uso continuado.
  3. Evitar consumir alimentos ácidos o bebidas carbonatadas: este tipo de alimentos dañan el esmalte y pueden causar o agravar la sensibilidad, por lo que es recomendable prescindir de ellos.
  4. Realizar enjuagues con sal: la sal es un antiséptico natural y ayuda a mantener equilibrado el PH de la boca. Por este motivo, enjuagar la boca con agua salada dos veces al día ayudará a reducir el dolor.
  5. Utilizar un protector bucal: si padecemos bruxismo (apretar o rechinar los dientes por la noche), es probable que esté empeorando nuestra sensibilidad dental. En este caso, el dentista puede aconsejar sobre el tipo de protector bucal más adecuado.
  6. Aplicar un tratamiento con fluoruro: el fluoruro, aplicado a las zonas más sensibles de los dientes, puede fortalecer el esmalte dental. No obstante, se trata de un tratamiento que debe ser indicado y realizado por un profesional.

La sensibilidad dental es muy común y por sí misma no es grave. Sin embargo, en el caso de sufrirla, es importante consultar con el odontólogo por si fuese un síntoma de otro problema bucal o para atenuarla. Y es que en ocasiones el dolor dificulta la higiene bucodental y esto puede derivar en otros problemas.

Recuerda:

  • La sensibilidad dental aparece porque el esmalte está dañado o las encías se han retraído.
  • Deben evitarse las bebidas carbonatadas, los alimentos ácidos y los cepillados fuertes.
  • Es recomendable consultar con el dentista por si la sensibilidad dental pudiese indicar otro problema.