Las garrapatas son pequeños parásitos que se adhieren a la piel de los humanos y de los animales para alimentarse de su sangre. Estos arácnidos, que se encuentran comúnmente en áreas de vegetación densa, pueden pasar desapercibidos por su tamaño diminuto y su capacidad para adherirse firmemente a la piel.
Una vez que se han fijado, las garrapatas comienzan a alimentarse de la sangre de su anfitrión, lo que puede llevar a la transmisión de diversas enfermedades. Aunque no todas las garrapatas están infectadas, algunas pueden ser portadoras de patógenos peligrosos que pueden causar infecciones graves en los humanos y mascotas.
6 enfermedades transmisibles por las garrapatas
Las garrapatas actúan como vectores. Esto significa que pueden “recoger” el patógeno de un anfitrión y transmitírselo al siguiente. Por ello, no debe subestimarse el riesgo de contraer una enfermedad transmisible a través de una picadura de garrapata. Estas son 6 enfermedades que pueden transmitir estos parásitos:
- Fiebre botonosa mediterránea: producida por la bacteria Rickettsia conorii, esta enfermedad se presenta con fiebre alta, erupciones cutáneas y una lesión negra en el sitio de la picadura.
- Enfermedad de Lyme: causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, es una de las infecciones más comunes, y puede provocar síntomas como fiebre, fatiga, dolores articulares y erupciones cutáneas.
- Babesiosis: se trata de una infección por protozoos que afecta los glóbulos rojos y puede causar fiebre, escalofríos, sudores y anemia.
- Anaplasmosis humana: provocada por la bacteria Anaplasma phagocytophilum, puede causar síntomas similares a la gripe, como fiebre, dolores musculares y fatiga.
- Neoehrlichiosis: causada por la bacteria Neoehrlichia mikurensis, es una infección que puede causar fiebre, fatiga y, en casos graves, complicaciones como trombosis.
- Fiebre hemorrágica Crimea-Congo: esta enfermedad viral puede causar fiebre alta, dolor muscular y sangrados.
Por otro lado, hay que tener especial cuidado al extraer la garrapata del cuerpo. Hay que hacerlo con pinzas, tirando de ella hacia fuera con un movimiento lento y constante, sin dejarse la cabeza incrustada en la piel. Si no se logra, es necesario acudir al médico. Además, se recomienda guardar la garrapata en un frasco hasta pasados unos días por si aparecieran síntomas de alguna infección, para poder analizarla.
Recomendaciones para evitar infecciones
Para minimizar el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por garrapatas, es importante seguir ciertas medidas de prevención. Esto es importante sobre todo de cara al verano, que es cuando más estamos en contacto con el campo:
- Usar ropa protectora: esto implica llevar pantalones y prendas de manga larga para minimizar la exposición y evitar, por otro lado, el calzado abierto.
- Aplicar repelente de insectos: estas soluciones químicas no solo ayudan a mantener alejadas a las garrapatas, también a mosquitos y pulgas.
- Revisar el cuerpo y la ropa: tras las visitas al campo, es importante inspeccionar, sobre todo, lugares calientes y húmedos del cuerpo. Esto incluye axilas, ingles, cabello, detrás de las rodillas, dentro y fuera de las orejas, dentro del ombligo y alrededor de la cintura.
Además, es importante revisar que nuestras mascotas tampoco tengan en su cuerpo ninguna garrapata no solo para mantener a este parásito alejado de nosotros, sino para evitar que nuestra mascota se infecte si la garrapata lo está.