El sueño del bebé: buenos hábitos de sueño y descanso

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Una rutina estable es fundamental para que el bebé desarrolle buenos hábitos de sueño y descanso. Esto ayuda al bebé a comprender y anticipar cuándo es momento de dormir, lo que le da seguridad y confort. ¿Cómo es el sueño del bebé?

Aspectos clave para el sueño del bebé

La clave está en crear un ambiente predecible y repetitivo que favorezca la relajación y el sueño del bebé. Estas son los tres aspectos clave para una rutina saludable:

  • Rutina nocturna: comienza al anochecer con actividades relajantes que le den señales al bebé de que se acerca la hora de dormir. Algunos ejemplos de rituales: son bañarlo con una luz tenue, ponerle crema, vestirlo con su pijama, cantar una canción o leerle un cuento, y ofrecerle una toma antes de dormir. Es importante que la rutina dure entre 20 y 30 minutos y que sea siempre la misma. No importa el orden, lo esencial es que sea cómoda tanto para el bebé como para los padres, de manera que puedan repetirla cada noche.
  • Ambiente adecuado: el entorno es crucial para promover un sueño saludable. En la tarde, es útil bajar la intensidad de las luces, eliminando aquellas muy brillantes o de tono blanco. Esto ayuda a regular su ritmo circadiano, alineando sus patrones de sueño con la luz, algo importante para las hormonas que regulan el sueño, como la melatonina y el cortisol. A la hora de dormir, es preferible que haya oscuridad total y una temperatura fresca de entre 20 y 24 grados. Para algunos bebés, el ruido blanco o sonidos suaves pueden ser útiles para calmarse y conciliar el sueño, pues recuerdan al ambiente del útero.
  • Contacto físico y emocional: acariciar, abrazar y hablar con suavidad al bebé ayuda a crear un vínculo afectivo que lo hace sentir seguro. Para que el bebé aprenda a dormir solo, es recomendable colocarlo en la cuna mientras aún está despierto pero somnoliento. Así, puede aprender a dormirse sin estar en brazos. También es importante evitar la sobreestimulación en las dos horas previas al sueño, evitando la televisión, juegos muy activos o luminosos, y las pantallas, ya que pueden activar al bebé y dificultar que se relaje.

Patrones de sueño del bebé según la edad

El sueño del bebé cambia mucho durante el primer año, y entender estos cambios puede ayudar a adaptar las rutinas y expectativas.

  • Recién nacidos (0-3 meses): suelen dormir de 14 a 17 horas al día, en períodos de 2 a 4 horas, despertándose con frecuencia para alimentarse. En esta etapa, es normal que no tengan un patrón fijo y que los despertares nocturnos sean frecuentes. Es útil ayudarles a diferenciar el día de la noche, permitiendo que las siestas diurnas ocurran con luz natural y sonidos normales, y que la noche sea un momento de oscuridad y silencio.
  • De 4 a 6 meses: A esta edad, los bebés empiezan a establecer su ritmo circadiano y pueden dormir entre 12 y 16 horas, incluyendo 3 o 4 siestas diurnas. Es ideal que estas siestas se realicen en oscuridad y silencio, ya que así son más reparadoras y suelen durar al menos 40-45 minutos.
  • De 6 a 12 meses: En esta etapa, los bebés duermen de 12 a 15 horas, con un sueño nocturno más prolongado y pasando de 3 a 2 siestas alrededor de los 8 meses. A medida que sus horarios de sueño se vuelven más regulares, se puede establecer un horario de comidas fijo. Muchos bebés comienzan a dormir períodos más largos de 6 a 8 horas sin despertarse para comer.
  • De 1 a 2 años: Hacia el primer año, los bebés suelen dormir de 11 a 14 horas diarias y hacen la transición de 2 siestas a 1 siesta, alrededor de los 18 meses, de unas 2 a 2.5 horas. Mantener una rutina constante y un ambiente adecuado para dormir es clave en esta etapa, lo cual ayuda a reducir el tiempo necesario para conciliar el sueño y disminuye la frecuencia de despertares nocturnos.

Técnicas para ayudar al bebé a dormir

Cada bebé es único, y puede ser necesario probar varias técnicas para encontrar la que mejor funcione para ayudar a conciliar el sueño del bebé.

  • Succión: la succión, ya sea mediante lactancia materna, biberón o chupete, relaja al bebé y le brinda calma, facilitando el sueño.
  • Movimiento: mecer al bebé en brazos o con ayuda de una pelota de pilates o una mecedora es otra herramienta útil. Comenzar con movimientos suaves e ir reduciéndolos hasta que el bebé se duerma ayuda a que luego sea más fácil dejarlo en su cuna.
  • Contacto: el contacto piel con piel le da al bebé seguridad y calma, disminuyendo sus niveles de cortisol y favoreciendo el descanso. Una técnica para replicar esta sensación es arrullarlo suavemente, ayudándolo a descansar mejor en lugares que pueden parecerle grandes, como la cuna o el cochecito.
  • Ruido blanco: muchos bebés encuentran reconfortante el ruido blanco, que les recuerda los sonidos constantes del útero. Si funciona para calmar a tu bebé, puedes usar un dispositivo específico para ello, evitando aquellos que emiten ondas electromagnéticas.
  • Asociaciones positivas de sueño: los objetos reconfortantes, como un peluche suave (si es seguro para la edad) o una mantita, pueden ayudar al bebé a sentirse relajado y seguro al dormir. Para bebés pequeños, es importante retirar el objeto cuando no esté bajo vigilancia, ya que podría representar un riesgo de asfixia.

Cada bebé es diferente, y la paciencia y consistencia son fundamentales. Es normal que estas técnicas tarden algunas semanas en dar resultados, pero establecer un enfoque claro y constante puede llevar al éxito en el sueño del bebé.

Trastornos del sueño y cómo tratarlos

Aunque no son muy comunes, algunos trastornos del sueño pueden aparecer durante los primeros meses de vida. Aquí te explicamos los principales y cómo pueden manejarse:

  • Movimientos rítmicos relacionados con el sueño: se presenta como movimientos repetitivos y rítmicos que pueden afectar todo el cuerpo o solo partes específicas, como la cabeza, cuello o pecho. Estos movimientos suelen aparecer durante el sueño y pueden durar solo unos minutos o, en algunos casos, extenderse por horas. Aunque generalmente es un trastorno benigno que se va con el crecimiento, es importante prevenir accidentes protegiendo el espacio de descanso con elementos como protectores de cuna. Si el problema persiste conforme el niño crece, el pediatra podría considerar tratamiento farmacológico.
  • Insomnio conductual: este tipo de insomnio suele observarse a partir de los 6-8 meses y se caracteriza por despertares frecuentes debido a la dependencia del bebé hacia ciertas ayudas para dormir, como ser mecido o dormirse en brazos. Para reducir estos despertares, y mejorar el sueño del bebé, es importante que el bebé vaya ganando autonomía para conciliar el sueño solo, como colocarlo en la cuna cuando está somnoliento pero despierto. Así, aprenderá a dormirse sin ayuda externa y podrá volver a dormirse solo si se despierta en la noche. En algunos casos, los despertares nocturnos frecuentes pueden deberse a un déficit de hierro, que debe ser valorado por el pediatra, quien podrá indicar un suplemento de hierro si es necesario.
  • Parasomnias: pesadillas y terrores nocturnos: las parasomnias incluyen tanto pesadillas como terrores nocturnos:
    • Pesadillas: son sueños vívidos que causan angustia, de los cuales el niño puede despertarse recordando lo soñado. En estos casos, el niño suele responder al consuelo de los padres, y medidas como abrazarlo, susurrarle o encender la luz pueden ayudar a tranquilizarlo.
    • Terrores nocturnos: estos episodios son más intensos y causan una gran agitación. Durante un terror nocturno, el niño no responde al entorno ni a las palabras de los padres, aunque parezca despierto. La mejor manera de manejar un terror nocturno es asegurarse de que el niño esté seguro y esperar a que el episodio pase, dejándolo que se vuelva a dormir por sí mismo.

Prevención y tratamiento general

El manejo de los trastornos del sueño del bebé en los primeros meses se enfoca en la prevención y en fomentar una buena higiene del sueño. Esto incluye mantener un ambiente adecuado, con una rutina de sueño estable y sin elementos estimulantes, como pantallas o juegos activos, especialmente en las dos horas previas a dormir.

Para tratar este y otros aspectos, ASISA ha puesto en marcha el Programa Familias Primerizas donde puedes consultar todas las dudas sobre el embarazo y los primeros meses de vida del bebé. Además, diferentes especialistas estarán a disposición de las familias para cualquier cuestión.

Recuerda

Una rutina en el sueño del bebé es fundamental para un buen hábito de descanso.
La clave para mejorar el sueño del bebé está en crear un ambiente predecible y repetitivo que favorezca su relajación.
Aunque no son muy comunes, algunos trastornos del sueño pueden aparecer durante los primeros meses de vida.