¿Qué hacer si un bebé o niño se atraganta? Guía rápida paso a paso

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El atragantamiento es una de las emergencias más comunes en la infancia, especialmente en menores de cinco años. Suele producirse durante la alimentación o mientras juegan con objetos pequeños, y puede provocar una obstrucción de las vías respiratorias. En estos casos, saber cómo actuar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, es fundamental que madres, padres, cuidadores y personal educativo estén preparados para intervenir con rapidez y seguridad.

Qué hacer en caso de atragantamiento

Un atragantamiento grave se presenta cuando el niño o bebé no puede toser, llorar, hablar ni respirar. Además, puede volverse azulado o morado, lo que indica una falta de oxígeno. En estas situaciones es necesario actuar de inmediato, pero siempre conservando la calma.

El primer paso es pedir ayuda. Si el niño muestra signos de asfixia, llama al 112 o pide a otra persona que lo haga mientras tú comienzas con las maniobras. No se debe perder tiempo esperando que la situación se resuelva sola.

A continuación, es importante comprobar si el objeto causante de la obstrucción está visible. Observa la boca del niño o bebé solo si puedes hacerlo con seguridad. Si ves claramente el objeto y puedes alcanzarlo sin dificultad, intenta extraerlo con un movimiento en gancho del dedo, desde dentro hacia fuera. No intentes meter los dedos a ciegas, ya que podrías empujar el objeto más hacia el fondo y empeorar la obstrucción. Tampoco se debe abrir la boca del niño a la fuerza.

Maniobras ante un atragantamiento

Las maniobras de desobstrucción varían según la edad del menor. En el caso de los bebés menores de un año, se deben alternar cinco golpes en la espalda con cinco compresiones torácicas. Para dar los golpes en la espalda, coloca al bebé boca abajo sobre tu antebrazo, con la cabeza más baja que el cuerpo, apoyando el brazo sobre tu muslo.

Luego, sujeta firmemente la cabeza, colocando los dedos en ambos lados de la mandíbula, y con el talón de la otra mano da cinco golpes firmes entre los omóplatos, dirigidos hacia arriba. Después, gira al bebé y colócalo boca arriba, manteniendo la cabeza más baja que el cuerpo. Coloca dos dedos en el centro del pecho, entre los pezones, y realiza cinco compresiones secas y firmes. Estas dos maniobras deben alternarse hasta que el objeto sea expulsado o el bebé pierda el conocimiento. En ese caso, será necesario iniciar reanimación cardiopulmonar (RCP).

En niños mayores de un año, también se deben aplicar cinco golpes en la espalda y cinco compresiones abdominales. Inclina al niño hacia delante y da cinco golpes interescapulares con firmeza, sujetando la mandíbula con una mano para mayor estabilidad. Luego, colócate detrás del niño, flexiona ligeramente las rodillas si es necesario, rodea su torso con ambos brazos y coloca un puño cerrado entre el ombligo y el esternón. Con la otra mano, sujeta el puño y realiza cinco empujes secos hacia adentro y hacia arriba, en lo que se conoce como maniobra de Heimlich. Alterna ambos procedimientos hasta que el objeto sea expulsado o el niño pierda la conciencia.

Si el bebé o niño queda inconsciente, es crucial comenzar la RCP de inmediato. El procedimiento de reanimación también varía según la edad. Primero, comprueba si el menor está consciente. Si no responde, colócalo boca arriba sobre una superficie firme y segura. Luego, abre la vía aérea inclinando suavemente la cabeza hacia atrás. En los bebés, la cabeza debe mantenerse en posición neutra, mientras que en los niños mayores se recomienda una ligera extensión.

Para comprobar si respira, aplica la maniobra “ver, oír y sentir”: observa si se eleva el pecho, escucha si hay sonidos respiratorios y siente si sale aire por la boca o la nariz. Si no hay signos de respiración o esta es anormal, como jadeos o pausas prolongadas, inicia la RCP con cinco ventilaciones de rescate.

En bebés, cubre completamente la nariz y la boca con tu boca. Cada insuflación debe durar aproximadamente un segundo, y debe notarse la elevación del tórax. En niños mayores, pinza la nariz con los dedos, cubre solo la boca y realiza cinco insuflaciones de un segundo cada una, también observando que el tórax se eleve.

Después de las cinco ventilaciones, si no hay signos de recuperación, llama al 112 si aún no lo has hecho o asegúrate de que alguien más lo haya hecho por ti. Si estás solo y sin móvil, realiza RCP durante dos minutos antes de buscar ayuda.

Si el menor no muestra signos de vida tras las ventilaciones, comienza con compresiones torácicas. En los bebés, las compresiones deben hacerse con dos dedos en el centro del pecho, con una profundidad aproximada de 4 centímetros. Si hay dos personas, se pueden utilizar los dos pulgares rodeando el tórax. En los niños mayores, se utiliza el talón de una mano, o ambas si es necesario, con una profundidad de unos 5 centímetros. Las compresiones deben realizarse a un ritmo de 100 a 120 por minuto, permitiendo que el tórax se expanda entre cada una.

La reanimación debe seguir el ciclo de 15 compresiones seguidas de dos ventilaciones. Cada dos minutos se debe evaluar si el niño ha recuperado la respiración o el pulso. Si no hay mejoría, se continúa con la RCP hasta que llegue el equipo de emergencias o el niño muestre signos de recuperación.

Por último, es importante recordar qué cosas no debemos hacer nunca en caso de atragantamiento. No intentar extraer el objeto con los dedos si no lo ves claramente. No abrir la boca del niño a la fuerza. Y nunca dar palmadas en la espalda si el menor está tosiendo de forma eficaz: en esos casos, se debe permitir que la tos continúe, ya que es la mejor manera de expulsar el objeto por sí solo.

Actuar en los primeros minutos puede salvar una vida. Por eso, conocer y practicar estas maniobras es una herramienta fundamental para cualquier familia. Si tienes la oportunidad, realiza un curso básico de primeros auxilios. Estar preparado ante una emergencia es la mejor forma de proteger a los más pequeños.

Recuerda que ASISA tiene en marcha el Programa Familias Primerizas donde se puede encontrar información para las familias que van a tener un bebé por primera vez y acceso a especialistas para afrontar esta nueva etapa con más tranquilidad.

Recuerda

Actuar con rapidez y seguridad ante un atragantamiento infantil puede salvar una vida.
Las maniobras de desobstrucción y RCP varían según la edad del niño, por lo que es fundamental conocerlas y aplicarlas correctamente.
Evitar errores comunes, como intentar sacar el objeto a ciegas o golpear al niño mientras tose eficazmente, es clave en una situación de emergencia.