Alimentos a evitar durante el embarazo

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El embarazo es un periodo especialmente sensible en la vida de una mujer, donde la alimentación no solo influye en su salud, sino también en el desarrollo del feto y en el curso del embarazo. A lo largo de la gestación, se producen cambios fisiológicos que modifican el sistema inmunológico, digestivo y metabólico, haciendo que la mujer embarazada sea más susceptible a ciertos patógenos o sustancias tóxicas presentes en algunos alimentos. Hay algunos alimentos a evitar durante el embarazo.

Por ello, no se trata únicamente de “comer por dos”, sino de hacerlo de forma segura y consciente. Algunas prácticas o alimentos, aunque comunes en la dieta habitual, pueden representar un riesgo para la salud materno-fetal por su potencial de causar infecciones, alteraciones del desarrollo o toxicidad.

Alimentos a evitar durante el embarazo: con riesgo microbiológico

Diversos estudios señalan que una parte importante de las complicaciones perinatales por infecciones, bajo peso al nacer o problemas neurológicos en el feto pueden estar relacionados con una exposición innecesaria a determinados alimentos o prácticas de manipulación alimentaria inadecuadas. Por ejemplo, bacterias como Listeria monocytogenes, Toxoplasma gondii o Salmonella spp. tienen una capacidad especial para afectar a mujeres gestantes, incluso cuando las cantidades presentes en los alimentos son pequeñas. Esto se debe a que, durante el embarazo, el sistema inmunológico se encuentra fisiológicamente más suprimido para permitir la tolerancia fetal, lo que puede aumentar la gravedad de algunas infecciones.

1. Quesos blandos y lácteos no pasteurizados

Uno de los riesgos más conocidos es la listeriosis, una infección causada por el consumo de productos contaminados con Listeria, una bacteria que puede atravesar la barrera placentaria y provocar aborto espontáneo, muerte fetal o parto prematuro. Esta bacteria se encuentra principalmente en quesos blandos de leche cruda, como el brie, camembert, roquefort o algunos

Algunos de los alimentos a evitar durante el embarazo son quesos frescos si no están elaborados con leche pasteurizada. De hecho, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Autoridad de Salud Pública de Estados Unidos (CDC) recomiendan evitar este tipo de productos, optando siempre por lácteos pasteurizados debidamente etiquetados.

Evitar quesos tipo brie, camembert, roquefort, feta o quesos frescos si no están hechos con leche pasteurizada.

2. Carnes crudas o poco cocinadas

Otros alimentos a evitar durante el embarazo son las carnes crudas o poco cocinadas. El motivo principal es la posible transmisión del Toxoplasma gondii, especialmente si la mujer no es inmune a esta infección. En este caso, la toxoplasmosis congénita puede tener consecuencias graves, incluyendo daños cerebrales y oculares en el feto.

Aunque algunos profesionales proponen la congelación prolongada de los embutidos como una alternativa segura, esta práctica solo es efectiva bajo condiciones estrictas de congelación a –20 °C durante al menos 48 horas. En la práctica clínica, se recomienda mayor prudencia y evitar su consumo, a no ser que estén completamente cocidos o elaborados industrialmente con garantías.

Evitar carpaccio, embutidos crudos como chorizo, salchichón o jamón serrano, y carne poco hecha deben evitarse.

3. Huevos crudos o poco cocinados

El huevo crudo o poco cocinado es otro de los alimentos a evitar durante el embarazo. El riesgo de salmonelosis en mujeres embarazadas no solo compromete la salud de la madre, con episodios de diarrea severa, fiebre y deshidratación, sino que también puede generar partos prematuros o estrés fetal.

Evitar mayonesa casera u otras salsas con huevo, masas con huevo crudo, sin hornear o postres tipo mousse o tiramisú.

Alimentos a evitar durante el embarazo: por contaminación química

Por otra parte, no todos los riesgos alimentarios durante el embarazo son microbiológicos. Algunos alimentos pueden acumular contaminantes químicos o metales pesados que atraviesan la placenta.

1. Pescados con alto contenido en mercurio

Un ejemplo especialmente relevante son los pescados de gran tamaño y larga vida, como el pez espada, tiburón, atún rojo o lucio, que tienen concentraciones elevadas de mercurio. Este metal pesado puede interferir en el desarrollo neurológico del feto, sobre todo durante el primer y segundo trimestre. A pesar de que el pescado es un alimento muy recomendable por su aporte de ácidos grasos omega-3, se sugiere optar por variedades con bajo contenido en mercurio como el salmón, la merluza, las sardinas o la trucha.

Optar por pescados bajos en mercurio como sardinas, salmón, merluza, lubina de piscifactoría.

2. Alimentos procesados y enlatados

También se ha estudiado la presencia de disruptores endocrinos como el bisfenol A o los ftalatos, presentes en envases plásticos o latas de conservas. Estas sustancias pueden actuar como interferentes hormonales y afectar el equilibrio endocrino tanto en la madre como en el desarrollo fetal. Por este motivo, es recomendable minimizar el consumo de alimentos enlatados o envasados en plástico de baja calidad.

Es recomendable priorizar alimentos frescos y envases de vidrio o papel.

3. Nitratos en vegetales mal almacenados

En cuanto a los vegetales, aunque son imprescindibles en la dieta por su aporte de fibra, vitaminas y minerales, existen ciertas precauciones relacionadas con su conservación. Las verduras de hoja verde como espinacas, acelgas o remolacha contienen nitratos que, si se almacenan cocinados durante más de 24 horas a temperatura ambiente o en refrigeración deficiente, pueden transformarse en nitritos. Estas sustancias pueden provocar metahemoglobinemia, una alteración de la hemoglobina que impide el correcto transporte de oxígeno, especialmente en recién nacidos. Por eso, serían alimentos a evitar durante el embarazo y se recomienda cocinar y consumir estos vegetales en el mismo día y evitar recalentarlos varias veces.

4.   Plantas, infusiones y suplementos no recomendados

Otro grupo de productos que suele generar confusión son las infusiones y preparados herbales. Aunque muchas personas consideran que las plantas medicinales son inocuas por su origen natural, durante el embarazo algunas pueden tener efectos tóxicos, estimular contracciones uterinas o interferir con el sistema hormonal. Infusiones de salvia, poleo menta, regaliz, ginseng o boldo deben evitarse o tomarse solo bajo indicación profesional. La European Medicines Agency (EMA) ha emitido advertencias sobre el uso de ciertas hierbas durante la gestación, por lo que es importante consultar con un profesional antes de automedicarse con plantas.

5. Prácticas de manipulación y almacenamiento seguras

Además de los alimentos, es fundamental tener presente ciertas prácticas de conservación, almacenamiento y cocinado para reducir riesgos.

  • Lavar frutas y verduras bajo chorro de agua con cepillo suave, frotando si es necesario con un cepillo suave, y evitando dejar en remojo prolongado
  • Desinfectar vegetales crudos si se consumen en ensalada.
  • Separar alimentos crudos de cocinados para evitar contaminación cruzada.
  • Cocinar carnes, pescados y huevos a temperatura interna segura (mínimo 70 °C en el centro del producto).
  • Refrigerar y consumir los alimentos preparados antes de 48 h.

La educación alimentaria basada en evidencia científica, orientada a la prevención y la seguridad. El embarazo no solo requiere una alimentación equilibrada, sino también una actitud consciente sobre cuáles son los alimentos a evitar durante el embarazo o cómo se deben manipular. Este periodo es una oportunidad para adquirir hábitos alimentarios saludables que, además de proteger al bebé, pueden tener beneficios duraderos para la salud de la madre. Conocer los alimentos a evitar durante el embarazo y entender por qué es necesario hacerlo es el primer paso para un embarazo más seguro.

Recuerda

El embarazo es un periodo especialmente sensible en la vida de una mujer, donde la alimentación no solo influye en su salud, sino también en el desarrollo del feto y en el curso del embarazo
Algunas prácticas o alimentos, aunque comunes en la dieta habitual, pueden representar un riesgo para la salud materno-fetal.
El embarazo no solo requiere una alimentación equilibrada, sino también una actitud consciente sobre cuáles son los alimentos a evitar durante el embarazo o cómo se deben manipular.